viernes, 26 de abril de 2013

¿FUE LA REFORMA PROTESTANTE UN RETORNO AL CRISTIANISMO PRIMITIVO?



A menudo la historia se repite. Esto es cierto de lo espiritual como también de lo secular. Por ejemplo, la controversia entre Pelagio y Agustín volvió a efectuarse en el siglo dieciséis en Europa. Los nombres de los actores eran diferentes, y los detalles doctrinales cambiaron levemente. Pero los resultados fueron virtualmente idénticos.
Otra vez, el tema central era la salvación. A través de los siglos, la iglesia católica romana se había apartado poco a poco de la posición de Agustín sobre la predestinación estricta. En lugar de eso, la iglesia católica antes de la Reforma enseñaba que las buenas obras sí tenían que ver con la salvación. En eso, su doctrina se parecía a la de los cristianos primitivos. Pero para los cristianos primitivos, las “buenas obras” no eran sino la obediencia a los mandamientos de Dios. Los católicos de la Edad Media extendieron el significado de este término hasta incluir también a tales prácticas ceremoniales como el hacer peregrinaciones, el contemplar reliquias, y el comprar indulgencias. No obstante, los católicos de esa época noenseñaban que uno podía ser salvo aparte de la gracia de Dios, aunque muchos hoy en día creen lo contrario.
La Reforma se inició como respuesta al abuso en la práctica católica romana de conceder indulgencias. En la teología católica, la indulgencia es el perdón de los pecados que concede libertad de las penas incurridas por ellos. Se creía que el papa tenía el poder de conceder indulgencias tanto a las personas vivas como también a los que estaban en el purgatorio, con tal que el que las recibía o el que las pedía estuviera arrepentido y diera limosnas a la iglesia o a alguna obra caritativa.
Al papa le faltaban los fondos necesarios para reedificar la iglesia de San Pedro en Roma. Por lo tanto, autorizó a cierto dominico llamado Juan Tetzel a que reuniera los fondos por medio de la venta de indulgencias en Alemania. Tetzel era orador entusiástico, y aparentemente hacía muchas afirmaciones fantásticas acerca del poder de las indulgencias. El jugaba con las preocupaciones de los fieles por el alma de sus parientes difuntos, diciendo: “Tan pronto como la moneda resuena en el cofre, el alma de su amado brinca del purgatorio.”1
Un día cierto joven le preguntó a Tetzel si el comprar la indulgencia le aseguraría el perdón por cualquier pecado.

—Claro que sí —respondió Tetzel.
—¿Aun si el pecado no se ha cometido todavía, pero la persona sólo lo está pensando?
—¡No importa! —le aseguró Tetzel—. No hay ningún pecado demasiado grande.
Con eso, el joven entusiasmado compró la indulgencia.
Después de terminar Tetzel su negocio lucrativo en aquel pueblo, emprendió su viaje al próximo pueblo. En el camino, se topó con una pandilla de ladrones que le quitaron todo cuanto tenía, incluso el dinero que había ganado vendiendo indulgencias. El dirigente sonriente de la pandilla era el mismo joven que había comprado la indulgencia esa misma tarde cuando estaba contemplando el pecado que iba a cometer—el robo.
Las afirmaciones de Tetzel no pasaron sin ser desafiadas. Un monje energético llamado Martín Lutero, ardiendo con indignación, se confrontó con Tetzel y desmintió sus afirmaciones ridículas. Cuando la iglesia no hizo nada para hacer callar a Tetzel, Lutero clavó 95 proposiciones contra las indulgencias en la puerta de la iglesia en Wittenburg, Alemania. En ellas propuso un debate público sobre el tema de las indulgencias.
En la actualidad muchos cristianos tienen conceptos erróneos en cuanto a estas 95 proposiciones. No eran una lista de doctrinas reformadas, sino sólo una lista de afirmaciones sobre las indulgencias. Por ejemplo, la proposición número 75 afirmó: “Creer que la indulgencia papal pudiera absolver al hombre que hubiera cometido un pecado imposible, como violar a la Madre de Dios—eso es locura.”2 Aparentemente, o Tetzel o alguno de sus ayudantes habían afirmado eso mismo.
El fuego que comenzó a arder en Wittenburg tal vez hubiera permanecido allí, excepto por una invención nueva de aquel entonces: la imprenta. Sin que Lutero lo supiera, sus 95 proposiciones fueron impresas por los impresores de la ciudad y se distribuyeron en casi toda Europa.
Pronto estalló un choque fuerte entre Tetzel y Lutero. Para apoyar su posición contra Tetzel, Lutero sucumbió a la primera ley de Newton sobre las acciones y reacciones; pasó al otro extremo. Para hacer eso, no tenía que inventar ninguna teología nueva. Siendo monje agustino, no más tenía que resucitar algunos puntos de la teología olvidada de Agustín. Siguiendo la teología de Agustín, Lutero propuso que la salvación depende exclusivamente de la predestinación. Enseñó que los hombres no podemos hacer nada bien, que no podemos ni creer en Dios. Sostuvo que Dios concede el don de la fe y de las buenas obras a quiénes él quiera, esto es, a los predestinados según su voluntad desde antes de la creación del mundo. A los demás él los elige arbitrariamente para la condenación eterna.3
Además, Lutero afirmó que uno no puede ser salvo si no cree en la doctrina de la predestinación absoluta. Hablando de la predestinación, dijo: “Porque el que esto no sabe, no puede ni creer en Dios ni adorarlo. En realidad, el que no sabe eso no conoce a Dios. Y con tal ignorancia, como todos saben, no hay salvación. Porque si usted duda, o si rehúsa a creer que Dios sabe de antemano todas las cosas y las fija según su voluntad, no dependiendo de nada sino sólo de su propio consejo inmutable, ¿cómo podrá usted creer en sus promesas, y confiar y descansar en ellas?... [El que no cree eso] confiesa que Dios es engañador y mentiroso—¡es incrédulo, la impiedad mayor de todas, la negación del Dios Altísimo!”4
Lutero tomó prestadas unas cuantas doctrinas más de las enseñanzas de Agustín, incluso la doctrina de la guerra santa. Cuando el pueblo pobre de Alemania se sublevó contra el trato inhumano de la nobleza, Lutero sabía que los nobles bien pudieran culparlo a él y a sus enseñanzas. Pero sabía igualmente bien que su vida dependía del favor de los nobles. Por eso, el exhortó a los nobles que suprimieran la rebelión a viva fuerza, incitándolos con las siguientes palabras:
”Esta, pues, no es hora de estar dormido; ahora no hay lugar para la paciencia ni la misericordia. Esta es la hora de la espada, no de la gracia... Cualquier campesino que muera se perderá de cuerpo y de alma, y será del diablo para la eternidad. Pero las autoridades tienen la conciencia limpia y una causa justa. Pueden decir a Dios con plena confianza: ‘He aquí, Dios mío, tú me has nombrado como príncipe y señor, de eso no tengo la menor duda. Y me has dado la espada para castigar a los malhechores... Por tanto, los castigaré y los mataré hasta que deje de latir mi corazón. Tú serás mi juez y me justificarás.’
”Por eso digo que el que se muere en la batalla como aliado de la autoridad puede ser un mártir verdadero a los ojos de Dios... Hora rara ésta, cuando ¡el príncipe puede ganar un lugar en el cielo con el derramar sangre, mejor que pueda otro con el orar! ¡Apuñala a quien pueda, apaléalo y mátalo! Si te murieras en la batalla, ¡bien de ti! Una muerte más bendita no la hay.”5
Los nobles siguieron estas palabras de Lutero sin vacilar, pisoteando las cuadrillas de campesinos salvajemente. En la guerra breve que siguió, cometieron atrocidades indecibles. Los campesinos que no murieron en el combate fueron torturados horriblemente y luego ejecutados.
Durante los 1.100 años entre Agustín y Lutero, el cristianismo del Occidente se había pasado de un lado al otro, de un extremo al otro, pero volvió casi al mismo lugar donde Agustín lo había dejado. La Reforma no fue un retorno al espíritu de los cristianos primitivos ni a sus enseñanzas. Es cierto que Lutero rechazó muchas de las prácticas pervertidas que se habían apoderado de la iglesia después de Constantino; por ejemplo, el uso de las imágenes y de las reliquias, las oraciones a los santos, las misas celebradas a favor de los muertos en el purgatorio, el celibato obligatorio del clero, la venta de las indulgencias, y las peregrinaciones religiosas como obra de mérito. Al eliminar estas prácticas, Lutero sí se acercó unos cuantos pasos al cristianismo primitivo. Pero, por otra parte, en su retorno a la teología de Agustín, Lutero también se alejó unos cuantos pasos del cristianismo primitivo.
NUESTRA ÚNICA AUTORIDAD: ¿LA BIBLIA, O LAINTERPRETACIÓN LUTERANA DE LA BIBLIA?
Quizás la contribución mayor de Lutero al cristianismo occidental fue su énfasis sobre la Biblia como la única fuente de autoridad. “Sola Scriptura” (sólo la Escritura) se hizo uno de los estandartes de la Reforma. Sin embargo, “sola Scriptura” muchas veces fue solamente un lema, no una práctica. Lutero tradujo la Biblia al alemán para que el pueblo la leyera. Pero a la vez, procuró asegurarse de que la leyeran sólo tomando en cuenta las interpretaciones de él.
Se pueden notar ç algunos ejemplos de esto, en el prólogo al Nuevo Testamento de Lutero, en el cual él procuró dirigir la atención de los lectores lejos de las partes de la Biblia que contradecían su teología. También procuró subrayar lo que le gustó. La introducción de Lutero a Romanos se agrandó a más de la mitad del mismo libro de Romanos. En esa introducción, Lutero declaró: “Esta epístola es en realidad el corazón del Nuevo Testamento y contiene el evangelio más puro”.6 Al decir así, elevó a Romanos sobre los demás libros del Nuevo Testamento. También afirmó: “Para comenzar, tenemos que entender el lenguaje y llegar a comprender el significado de los términos que usa San Pablo: la ley, el pecado, la gracia, la fe, la justicia, la carne, el espíritu, etc. De otra manera, el leer este libro nos aprovechará poco.”7 Luego Lutero propuso definiciones a estas palabras, muchas veces contradiciendo terminantemente la manera en que los cristianos primitivos usaban los mismos términos.
En su prólogo a la epístola a los Hebreos, Lutero atacó esta epístola, escribiendo: “Otra vez, hay un nudo difícil de desenredar en los capítulos seis y diez, ya que niegan terminantemente que los pecadores puedan arrepentirse después de su bautismo, o que puedan buscar el arrepentimiento. Y en el capítulo doce dice que Esaú procuró el arrepentimiento y no lo alcanzó. Esto me parece, así como está, oponerse totalmente a los evangelios y a las epístolas de Pablo. Y aunque uno pudiera tratar de paliarlo, las palabras quedan tan claras que no creo que se pudieran colorear lo suficiente. En mi opinión, ésta es una epístola de muchas piezas reunidas, y no trata ningún tema de manera ordenada.”8
Así el lema de Lutero de “sola Scriptura” fue en realidad un mito, un engaño, ya que él mismo procuró con diligencia que los cristianos no oyeran solamente la Escritura. A fin de cuentas, no quedaron las Escrituras como la única fuente de autoridad para la Reforma, sino la interpretación que daba Lutero a las Escrituras.
Antes de dejar de hablar de Lutero, hace falta que clarifique que creo que las contribuciones positivas de Lutero al cristianismo son mucho mayores que sus faltas. He hablado más de sus faltas que de sus puntos fuertes porque la iglesia evangélica siempre le ha puesto sobre un pedestal. La mayoría de los evangélicos ya saben sus puntos fuertes y sus realizaciones positivas. Lutero era un hombre valiente de Dios, quien arriesgó la vida para avivar a una iglesia muerta espiritualmente. Podemos admirar sus cualidades ejemplares sin repetir sus errores.
Lutero quiso hacer volver la iglesia a las creencias de los cristianos primitivos, pero él sabía muy poco de lo que creían los cristianos de los siglos más tempranos. La mayoría de los escritos de los cristianos primitivos no estaban disponibles a los cristianos del Occidente cuando la Reforma empezó. Por eso, Lutero creyó equivocadamente que las enseñanzas de Agustín eran las mismas que tenían los cristianos primitivos. Cuando los escritos de los cristianos primitivos se hicieron disponibles, las doctrinas de la Reforma ya se habían fijado, y nadie tenía el valor de cambiarlas.

 fuente:
CUANDO EL CRISTIANISMO ERA NUEVO Copyright © 1994, David W. Berc
Deacarga el libro Cuando el cristianismo era nuevo

ESCATOLOGIA DE LA IGLESIA PRIMITIVA E HISTORIA DEL DISPENSACIONALISMO (RAPTO PRE-TRIBULACIONISTA)


ESCATOLOGIA DE LA IGLESIA PRIMITIVA E HISTORIA DEL DISPENSACIONALISMO (RAPTO PRE-TRIBULACIONISTA)-La Doctrina de los Doce Apóstoles (La Didache):
“Vigilad sobre vuestra vida. No se apaguen vuestras linternas, y no dejen de estar ceñidos vuestros lomos, sino estad preparados, pues no sabéis la hora en que vendrá nuestro Señor. Reunios con frecuencia, buscando lo que conviene a vuestras almas, pues de nada os servirá todo el tiempo en que habéis creído si no consumáis vuestra perfección en el último momento. En los últimos días se multiplicarán los falsos profetas y los corruptores, y las ovejas se convertirán en lobos, y el amor se convertirá en odio. En efecto, al crecer la iniquidad, los hombres se odiarán entre si, y se perseguirán y se traicionarán: entonces aparecerá el extraviador del mundo, como hijo de Dios, y hará señales y prodigios, y la tierra será entregada en sus manos, y cometerá iniquidades como no se han cometido desde siglos. Entonces la creación de los hombres entrará en la conflagración de la prueba, y muchos se escandalizarán y perecerán. Pero los que perseveren en su fe serán salvados por el mismo que había sido maldecido. Entonces aparecerán las señales auténticas: en primer lugar el signo de la abertura del cielo, luego el del sonido de trompeta, en tercer lugar, la resurrección de los muertos. Como está dicho: “Vendrá el Señor y todos los santos con El. Entonces el mundo verá al Señor viniendo de entre las nubes del cielo” Didajé. Capítulo 16.

-Epístola de Bernabé
“Así, pues, es preciso que, escudriñando muy despacio lo presente, inquiramos las cosas que pueden salvarnos. Huyamos, por ende, de modo absoluto de todas las obras dc la iniquidad, a fin de que jamás las obras de la iniquidad se apoderen de nosotros y aborrezcamos el extravío del tiempo presente, a fin de ser amados en el por venir. No demos suelta a nuestra propia alma, de suerte que tenga poder para correr juntamente con los pecadores y los malvados, no sea que nos asemejemos a ellos. El escándalo consumado está cerca, aquel del que está escrito, corno dice Enoc; pues el Dueño abrevió los tiempos y los días, a fin de que se apresure su Amado y venga a su heredad. Además, el profeta dice así: Diez reinos reinarán sobre la tierra y tras ellos se levantará un rey pequeño que humillará de un golpe a tres reyes. Igualmente, Daniel dice sobre lo mismo: Y vi la cuarta bestia, mala y fuerte, y más fiera que todas las otras bestias de la tierra, y cómo de ella brotaban diez cuernos y de ellos un cuerno pequeño, como un retoño, y cómo éste humilló de un golpe a tres de los cuernos mayores. Ahora bien, obligación nuestra es comprender…Por lo tanto, atendamos a los últimos días, pues de nada nos servirá todo el tiempo de nuestra fe, si ahora, en el tiempo inicuo y en los escándalos que están por venir, no resistimos como conviene a hijos de Dios, a fin de que el Negro no se nos infiltre.” Epístola de Bernabé IV. i-iii, ix.

Justino Mártir (110-165 a.C)
“Dos venidas de Cristo han sido anunciadas: una, en la que Él es enviado como sufrimiento, sin gloria, deshonrado, y crucificado; pero la otra, en la que Él vendrá del cielo con gloria, cuando el hombre de apostasía, que habla cosas extrañas contra el Altísimo, se aventurará a hacer cosas inicuas en la tierra contra los Cristianos,…Ahora es evidente que nadie puede aterrorizar o someternos a los que hemos creído en Jesús en todo el mundo. Pues es claro qu, a pesar de ser decapitados, y crucificados, y echados a las bestias salvajes, y cadenas, y fuego, y a todo tipo de torturas, no desechamos nuestra confesión; sino que conforme más cosas nos sucedan, más hacen otros y mayor el número de los fieles y adoradores de Dios a través del nombre de Jesús.” Diálogo con Trifón. CX.

Ireneo (120-202 a.C)
“Más claramente aún Juan, discípulo del Señor, escribió en el Apocalipsis acerca de los últimos tiempos y de de los diez reyes que se dividirán el reino que ahora impera. Cuando explica el significado de los diez cuernos que Daniel vio, dice que esto le fue revelado: «Y los diez cuernos que viste son diez reyes a los que aún no se les ha dado el reino, sino que por una hora recibirán el poder junto con la bestia. Estos tienen una sola idea en su mente, la de entregar a la bestia la fuerza y el poder. Estos lucharán con el cordero, y éste los vencerá porque es el Señor de los señores y Rey de los reyes» (Ap 17,12-14). También se declara que aquel que viene matará a tres de ellos, los otros le quedarán sometidos, y el mismo será el octavo de ellos. Y devastarán Babilonia y la quemarán a fuego, le entregarán su reino a la bestia y perseguirán la Iglesia. Una vez acaecidas estas cosas, quedarán destruidos con la venida de nuestro Señor.”

Contra Herejías. xxvi.i
“(El Apocalipsis) ha apuntado el nombre (del Anticristo) para precavernos de él cuando venga, sabiendo quién es. Pero calló el nombre, porque no es digno que el Espíritu Santo lo pregone. En efecto, si éste lo hubiese pregonado, podría permanecer por mucho tiempo. Mas puesto que «era pero ya no es; va a surgir del abismo pero para ir a la perdición» (Ap 17,8), como quien no existe, por eso no se ha proclamado su nombre. Cuando el Anticristo devastare todas las cosas en este mundo, y hubiese reinado durante tres años y seis meses, sentado en el templo de Jerusalén, entonces el Señor vendrá entre las nubes del cielo en la gloria del Padre (Mt 16,27). Entonces lo enviará al lago de fuego con sus seguidores (Ap 19,20), e instaurará el tiempo del reino para los justos, es decir el descanso, [1208] el séptimo día santificado, y cumplirá a Abrahám la promesa de la herencia. Este es el reino al cual, según la palabra del Señor, muchos vendrán de oriente y occidente, para tomar su lugar junto con Abraham, Isaac y Jacob”

Contra Herejías. xxx.iv
“La cuarta visión la vi, hermanos, veinte días después de la anterior que había tenido, y era un tipo de la tribulación inminente. Yo andaba por la Vía de la Campania, hacia el campo. Desde la carretera (al lugar adonde iba) hay unos diez estadios; el terreno es fácil de andar. Iba solo, y rogaba al Señor que completara las revelaciones y las visiones que me había mostrado por medio de su santa Iglesia, para que Él me fortaleciera a mí mismo y diera arrepentimiento a sus siervos que han tropezado, para que su Nombre grande y glorioso pueda ser glorificado, pues me había considerado digno de mostrarme sus maravillas. Y mientras le daba gloria y acción de gracias, me contestó como si fuera el sonido de una voz: «No dudes en tu mente, Hermas.» Empecé a preguntarme y decirme: «¿Cómo puedo dudar en mi mente siendo así que he sido tan firmemente afianzado por el Señor y he visto cosas gloriosas?» Y seguí un poco adelante, hermanos, y he aquí, vi una nube de polvo que se levantaba hacia el cielo, y empecé a decirme: «¿Es posible que sea ganado que se acerca, y levanten una nube de polvo?», porque estaba.a un estadio de distancia. Cuando la nube de polvo se fue haciendo cada vez mayor, sospeché que se trataba de algo sobrenatural. Entonces el sol brilló un poco, y he aquí, vi una gran bestia como un monstruo marino, y de su boca salían langostas de fuego. Y la bestia tenía unos cien pies de longitud, y su cabeza era como si fuera de arcilla. Y empecé a llorar y a rogar al Señor que me rescatara de ella. Y recordé la palabra que había oído: «No tengas dudas en tu mente, Hermas.» Así que, hermanos, habiéndome revestido de la fe del Señor y recordado las obras poderosas que Él me había enseñado, cobré ánimos y me dirigí hacia la bestia. Ahora bien, la bestia se acercaba con tal furia que podría haber dejado en ruinas una ciudad. Llegué cerca de ella, y aunque el monstruo era enorme, se tendió en el suelo, y meramente sacó la lengua y no se movió en lo más mínimo hasta que yo hube pasado por su lado. Y la bestia tenía en su cabeza cuatro colores: negro, luego color de fuego y sangre, luego oro, luego blanco. Así pues, una vez hube pasado la bestia y avanzado unos treinta pasos, he aquí, vino hacia mí una virgen ataviada como si saliera de la cámara nupcial, toda blanca y con sandalias blancas, velada hasta la frente, y la cobertura de su cabeza era un turbante, y su cabello era blanco. Sabía por visiones anteriores que era la Iglesia, y me alegré algo. Ella me saludó y me dijo: «Buenos días, buen hombre»; yo la saludé a mi vez: «Buenos días, señora.» Ella me contestó y me dijo: «¿No has encontrado nada?» Yo le dije: «Señora, una bestia enorme, que podría haber destruido pueblos enteros; pero, por el poder del Señor y por su gran misericordia, escapé de ella.» «Tú escapaste de ella, cieno», dijo ella, «porque pusiste en Dios todos tus cuidados, y abriste tu corazón al Señor, creyendo que puedes ser salvado sólo por medio de su Nombre grande y glorioso. Por tanto, el Señor envió a su ángel, que está sobre las bestias, cuyo nombre es Segri, y le cerró la boca para que no pudiera causarte daño. Tú has escapado de una gran tribulación por causa de tu fe, y porque, aunque viste una bestia tan inmensa, no dudaste en tu mente. Ve, pues, y declara a los elegidos del Señor sus obras poderosas, y diles que esta bestia es un tipo de la gran tribulación que ha de venir. Por tanto, si os preparáis de antemano, y os arrepentís (y os volvéis) al Señor de todo corazón, podréis escapar de ella si vuestro corazón es hecho puro y sin mácula y si durante el resto de los días de vuestra vida servís al Señor de modo intachable. Echa tus cuidados sobre el Señor y Él se hará cargo de ellos. Confiad en el Señor, hombres de poco ánimo, porque El puede hacer todas las cosas, sí, puede apanar su ira de vosotros, y también enviar sus plagas sobre vosotros los que sois de ánimo indeciso. Ay de aquellos que oyen estas palabras y son desobedientes; sería mejor para ellos que no hubieran nacido. Le pregunté con respecto a los cuatro colores que la bestia tenía sobre la cabeza. Entonces ella me contestó y me dijo: «Otra vez eres curioso sobre estas cosas.» «Sí, señora», le dije, «hazme saber qué son estas cosas.» «Escucha», me dijo; «el negro es este mundo en el cual vivís; y el fuego y el color del fuego y la sangre muestran que este mundo perecerá a sangre y fuego; y el dorado son los que han escapado de este mundo. Porque así como el oro es probado por el fuego y es hecho útil, así también vosotros [que habitáis en él] sois probados. Los que permanecen y pasan por el fuego serán purificados por él. Porque como el oro pierde su escoria, así vosotros también vais a desprenderos de toda aflicción y tribulación, y seréis purificados, y seréis útiles para la edificación de la torre. Pero la parte blanca es la edad venidera, en la cual residirán los elegidos de Dios; porque los elegidos de Dios serán sin mancha y puros para la vida eterna. Por lo tanto, no ceses de hablar a los oídos de los santos. Ahora tenéis el simbolismo también de la tribulación que se avecina potente. Pero si estáis dispuestos, no será nada. Recordad las cosas que han sido escritas de antemano.» Con estas palabras partió, y no vi en qué dirección había partido; porque se hizo un ruido; y me volví atemorizado, pensando que la bestia venía hacia mí.” Visión Cuarta

Tertuliano (145-220 a.C)
“En el Apocalipsis de Juan, de nuevo, el orden de los tiempos es mostrado, que las ‘almas de los mártires’ son enseñados a esperar debajo del altar, mientras oran para ser vengados y juzgados: (enseñados, digo, a esperar), para que el mundo pueda primero tomar las plagas que le esperan de los viales de los ángeles, y que la ciudad de la fornicación pueda recibir de los diez reyes su perdición, y que la bestia Anticristo, con su falso profeta pueda pelear contra la Iglesia de Dios; y que, luego de echar al demonio al abismo por un tiempo, la bendita prerrogativa de la primera resurrección pueda ser obtenida de los tronos, y de nuevo, luego de consignarle al fuego, que el juicio de la resurrección final y universal pueda ser determinada fuera de los libros. Puesto que las Escrituras indican las etapas de los últimos tiempos, y concentran la cosecha de la esperanza Cristiana en el final del mundo.” Sobre la Resurrección de la Carne. xxv
“Ahora el privilegio de este favor [la resurrección] espera a aquellos que en la venida del Señor son encontrados en la carne, y que merecerán, debido a la opresión del tiempo del anticristo, muerte instantánea, que es cumplida por un cambio súbito, para ser calificado y unirse a los santos levantados; como escribe a los Tesalonisenses: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” Sobre la Resurrección de la Carne. xli

Hipólito (170-236 a.C)
“Cuando los tiempos sean cumplidos, y los diez cuernos salgan de la bestia en los últimos tiempos, entonces anticristo aparecerá entre ellos. Cuando haga guerra contra los santos, y los persiga, entonces podremos esperar la manifestación del Señor desde el cielo.” Fragmentos de Comentarios. II,vii
“Es propio que tomemos las Sagradas Escrituras en mano, y descubramos de ellas que y de que manera, la venida del anticristo es; en que ocasión y a que tiempo el impío será revelado; y de cual y de que tribu (él vendrá); y cual será su nombre, que está indicado por el número en la Escritura; y como trabajará error entre su gente, juntándolos desde los fines de la tierra; y (como) traerá tribulación y persecución contra los santos; y como se glorificará a sí mismo como Dios; y cual será su final; y como la súbita aparición del Señor será revelada del cielo, y cual ser á la conflagración del mundo; y cual será el glorioso reino de los santos, cuando reinen juntos con Cristo; y cual será el castigo de los malvados por fuego.” Tratado de Cristo y el Anticristo. V

Cipriano (200-258)
“El Señor había predicho que estas cosas vendrían. Con la exhortación de Su Palabra, instruyendo, y enseñando, y preparando, y fortaleciendo al pueblo de Su iglesia para perdurar en las cosas que vienen. Él predijo y dijo que guerras, y hambrunas, y terremotos, y pestilencias ocurrirían en cada lugar; y a menos de que cosas inesperadas y nuevas nos muevan, Él previamente nos previno que el adversario aumentaría más y más en los últimos tiempos.” Tratado. vii,ii


Escatología: Pretribulacionismo


Quizás muchos no estén familiarizados con este término, pero todos, de alguna manera u otra tenemos alguna creencia con respecto al final de los tiempos, ya sea correcta o incorrecta. La palabra escatología viene del griego esxatov (eschatos) que quiere decir final o últimos días. Por lo tanto escatología da a entender: el estudio de los últimos días.

Existen varias clases dentro de la Escatología:

a. Liberal los cuales niegan la segunda venida de Cristo como algo corporal, audible y visible.
b. Reformada los cuales creen en una segunda venida de Cristo, la cual es audible, visible y corporal. Dentro de esta escatología hay tres grupos,

1. Premilenialistas
2. Postmilenialistas
3. Amilenialistas

c. Dispensacionalista, que es la más popular en el evangelicalismo


 Pretribulacionismo o Dispensacionalismo.

Historia del Pretribulacionismo

Cuando escuchamos o leemos acerca del Rapto Pretribulacional, debemos saber que esta enseñanza es parte de un sistema llamado Dispensacionalismo. Como hemos visto en las entradas con respecto al Premilenialismo, este sistema contiene dos fundamentos, primero, la separación de Israel y la Iglesia, lo cual como hemos visto y veremos en la siguiente entrada, lo diferencia de la enseñanza bíblica. Segundo, el dispensacionalismo enseña que la Iglesia será raptada en un segundo antes del inicio de la Tribulación. Cuántos de nosotros hemos sido enseñados esto?

Según los dispensacionalistas, con el rapto, Dios concluye su trato con la Iglesia, e inicia un período de siete años de intensa tribulación mientras Dios trata con los judíos intentando que ellos se vuelvan a Él. Al final de esta tribulación, Jesús regresa una tercera vez, y se da otro rapto e inicia el milenio.
Esta idea de un rapto es posible debido a que los dispensacionalistas separan a Israel de la Iglesia, ya que los múltiples pasajes bíblicos que niegan un rapto pretribulacional, dicen los dispensacionalistas, están dirigidos para los judíos.

Qué es lo cierto con respecto al dispensacionalismo? Es un nuevo o reciente tratamiento de la escatología. De hecho, la Iglesia Primitiva no creía en una separación de Israel y la Iglesia, y como veremos en la próxima entrada, los patriarcas de la iglesia no creían en un rapto pretribulacional.

De dónde nació esta doctrina? Esta claro que no existe evidencia de que esta enseñanza haya sido desarrollada antes del siglo 19, quizas con la excepción de un libro escrito por un jesuita, Manuel Lacunza, llamado ‘La Venida del Mesías en Gloria y Majestad,’ escrito en 1791. La doctrina de un rapto pretribulacional surge en el siglo XIX, y ganó popularidad en América al inicio del siglo XX.

 Un predicador bautista, inteligentemente, dijo una vez  que ‘si uno viene con una doctrina que nunca ha sido enseñada en la historia de la Iglesia…uno está equivocado.’ Es curioso que una doctrina que nunca fue enseñada en 1800 años de historia de la iglesia, se haya convertido en la doctrina escatológica más popular dentro del protestantismo, así como fue aceptada por otras sectas a inicios del siglo XX, como los Testigos de Jehová, Mormones entre otros

El origen del pretribulacionismo está bien documentado. Fue inicialmente revelado por un predicador inglés llamado Edward Irving, luego de que una mujer llamada Margaret McDonald, quien afirmó haber recibido una revelación de Dios, en la cual había visto el rapto secreto de la iglesia.

Irving, quien era un predicador carismático en la capilla de Caledonian en Londres, y que estaba enamorado de los estudios proféticos leyó el libro de un sacerdote jesuita chileno llamado Manuel Lacunza, quien luego se cambió el nombre a Josafat Ben-Ezra, y escribió el libro llamado ‘La Venida del Mesías en Gloria y Majestad,’ en el cual ideaba que Jesús vendría en dos ocasiones por la iglesia. Ese libro nunca fue popular, y de hecho Lacunza fue excomulgado por la iglesia católica por esa doctrina, pero el libro cayó en las manos de Irving, quien lo encontró en la biblioteca del Arzobispo de Canterbury en Londres y lo tradujo al inglés.

Con lo que había aprendido de sus estudios proféticos, lo leído de Lacunza y lo que escuchó de Margaret McDonald motivó a Irving a predicar el rapto secreto de la iglesia, y publicó sus enseñanzas en su periódico, The Morning Watch, en 1830. Durante el mismo período, John Nelson Darby, el padre del dispensacionalismo, tiene contacto con Irving, quien le habla acerca de lo que escuchó de McDonald, y hace que Darby logre establecer un sistema escatológico, en donde, la separación de Israel y la iglesia queda resuelto, sin ‘contradicciones’ bíblicas aparentes. Darby entonces termina montando la escatología dispensacionalista, en donde la iglesia es raptada a los cielos antes de la tribulación, y luego de un período de siete años, de tratar Dios con Israel, viene Cristo en una segunda venida e inicia el milenio. No fue sino hasta 1839, que Darby ya tenía terminada esta escatología dispensacionalista que incluía el rapto pretribulacional.

Casi cincuenta años más tarde, C. I. Scofield ideó un plan para la creación de una Biblia de referencia que pudiera explicar la compleja estructura dispensacionalista a las masas. En su Biblia incluyó el error de Darby, es decir, el rapto pretribulacional, e introdujo el Dispensacionalismo a la iglesia de Estados Unidos. En la actualidad, los grandes líderes de esta doctrina son Hal Lindsey, Tim LaHaye, Jerry Jenkins, Grant Jeffries, entre otros.

La pregunta que debemos hacernos cuando conocemos la historia del dispensacionalismo y del rapto pretribulacional es esta: Es correcto creer en algo que la iglesia no ha enseñado ni creído a lo largo de 1800 años? Podemos dejar pasar el hecho de que la iglesia primitiva y los patriarcas de la iglesia eran y escribían a favor del postribulacionismo?
Tomado de eshoradeserreal (Pastor Luis Rodas)

 AMADOS HERMANO ESTO ES LO QUE HISTORICAMENTE SE HA ENSEÑADO EN EL CRISTIANISMO BIBLICO Y ES LA POSTURA DE LA IGLESIA PRIMITIVA-APOSTOLICA, QUE FUE INSTRUIDA Y FUNDAMENTADA POR LOS APOSTOLES DE NUESTRO SEÑOR
Las evidencias de los padres apostólicos y la historia del cristianismo hasta el siglo XVIII son mas que suficientes para creer en el rapto durante la gran tribulación. No hay evidencias históricas de la creencia en un rapto secreto de la iglesia antes de la gran tribulacion, sino a patir de la enseñanza del dispensacionalismo


POLICARPO EL PRISIONERO


El carro tirado por caballos rodaba por las calles empedradas de la antigua ciudad de Esmirna. El prisionero Policarpo podía oír los gritos del gentío enloquecido dentro de la arena romana. Los perros de la calle seguían al carro, ladrando locamente. Niños curiosos, con ojos llenos de emoción, se corrían a un lado para darle paso. Y caras sin número se asomaban curiosas a las ventanas.
Deteniéndose afuera de los altos muros de la arena, el guarda sacó al prisionero del carro como si fuera un bulto de basura. No le importó que las piernas del prisionero quedaran lesionadas.
Ya hace semanas que el pueblo insistía en que este hombre fuera arrestado y ejecutado. Pero no tenía apariencia de malhechor este anciano delicado, con cara arrugada. Su cabello y barba eran blancos, como las nubes en el cielo mediterráneo aquella tarde. El prisionero entró en la arena, cojeando. Y las nuevas corrieron de una persona a otra que éste era Policarpo, el criminal vil cuya muerte habían venido a ver.
Su delito, ¿cuál era?
Era el líder en aquella ciudad de una secta supersticiosa, la secta conocida por el nombre cristianos.
El anciano, guiado por soldados, se acercó al procónsul romano, mientras el gentío gritaba su aprobación. Querían ver sangre esta tarde. Pero la cara del procónsul se ruborizó. ¿Era éste el criminal peligroso a quien querían dar muerte?
El procónsul se inclinó hacia adelante y habló en voz baja al anciano prisionero.
—El gobierno romano no quiere perseguir a los ancianos. Sólo jura por la divinidad de César y te pondré en libertad.
—Esto no puedo hacer.
—Entonces sólo grita: “Abajo con los ateos”, y bastará. (Ya que los cristianos no tenían ni dioses ni templos, muchos creían que eran ateos.)
Con gran calma el prisionero dio la vuelta y señaló hacia el gentío que gritaba por su muerte. Entonces, mirando hacia el cielo, gritó a toda voz:
—¡Abajo con los ateos!
El procónsul quedó desconcertado al ver la respuesta del prisionero. Este había hecho lo que se le mandó, pero no de la manera esperada. No satisfaría al gentío loco que seguía gritando por su muerte. El procónsul quería poner en libertad a este anciano, pero tenía que aplacar a la gente.
—¡Maldice a Jesucristo! —ordenó.
Por unos momentos Policarpo miró fijamente al rostro severo del procónsul. Luego habló con calma:
—Por ochenta y seis años he servido a Jesús, y él nunca me ha hecho mal alguno. ¿Cómo, pues, podré maldecir a mi Rey y Salvador?
Mientras tanto, la multitud se impacientaba más. Querían sangre, y el procónsul lo sabía. Tenía que hacer algo.
—Jura por la divinidad de César —le instó otra vez.
Pero el prisionero contestó sin demorar:
—Ya que usted aparenta no saber quién soy, permítame ayudarle. Digo sin vergüenza que soy un cristiano. Si usted desea saber qué creen los cristianos, señale una hora, y yo con gusto se lo diré.
El procónsul se agitó.
—No me tienes que persuadir a mí. Persuade a ellos —dijo, señalando hacia la multitud impaciente.
Policarpo dio un vistazo al tumulto que llenaba la arena. Habían venido para ver la diversión de sangre. Eso querían, nada menos.
—No abarataré las enseñanzas de Jesús ante tales personas.
Ahora el procónsul se enojó.
—¿No sabes que tengo a mi poder los animales feroces? ¡Los soltaré de inmediato si tú no te arrepientas de estas necedades!
—Muy bien. Suéltelos —replicó Policarpo, sin miedo—. ¿Quién ha oído jamás de que una persona se arrepintiera de lo bueno para andar en pos de lo malo?
El procónsul solía vencer aun a los criminales más fuertes con sus amenazas, pero este anciano más bien lo vencía a él. Su cólera montaba.
—Bien, si los leones no te dan miedo, óyeme. ¡Te quemaré vivo si no maldices a Jesucristo ahora mismo!
Lleno del Espíritu Santo, Policarpo contestó con gozo y valor:
—Me amenaza usted con un fuego que se apaga después de una hora. ¿No sabe que vendrá un fuego eterno, el fuego de juicio reservado para los impíos? ¿Por qué esperar más? Haga conmigo lo que va a hacer.
El procónsul no había querido que saliera de esta manera. El había querido conquistar a este viejo. Había esperado verle de rodillas, rogando por misericordia. Pero el prisionero . . . el anciano . . . había conquistado al procónsul. Y éste se recostó en su silla elegante, humillado y enfurecido.
Mandó heraldos a diferentes sitios en la vasta arena para anunciar lo que Policarpo había dicho. Cuando se anunció el último desafío de Policarpo, una ola de furia corrió por la multitud. ¡Esto harían! Lo que ellos habían querido desde el principio. Con gritos agudos, saltaron de sus sillas y corrieron por los corredores. Se lanzaron hacia las puertas que daban a las calles. Corriendo locamente, buscaron leña dondequiera. Saquearon las tiendas. Entraron hasta en los baños públicos y robaron la leña de allí. Y se apresuraron para volver a la arena, cargados con leña para prender el fuego. Amontonaron la leña alrededor de la pira preparada, a la cual los soldados ya clavaban las manos y las piernas de Policarpo.


Pero él habló con confianza a los soldados:
—Déjenme así como estoy. El que me fortalece contra el fuego me ayudará a permanecer en él sin que me aseguren.
Después de permitir que Policarpo orara, los soldados prendieron el fuego.
Al quemar a Policarpo, el pueblo de Esmirna creía que lo pondrían en el olvido y que la despreciada secta de los cristianos se acabaría. Como el procónsul que había esperado intimidar a Policarpo, así creía el pueblo que los cristianos se intimidarían y olvidarían su fe. ¡Qué equivocación! Resultó todo lo contrario. En vez de intimidarse por la muerte de Policarpo, su líder, los cristianos cobraron más ánimo. Y su número aumentó.
Paradójicamente, lo que los romanos no podían hacer, la iglesia misma después hizo. Hoy en día, el nombre de Policarpo descansa en el olvido, y el cristianismo de aquel entonces no existe.


Tomado de Cuando el Cristianismo era nuevo. Copyright © 1994, David W. Bercot
Para descargar el libro cuando el cristianismo era nueva haz clic aqui Cuando el cristianismo era nuevo

anexos :

Una breve reflexion exegetica, sobre el infierno en las Enseñanzas de Jesus

En el evangelicalismo moderno, hay varios teólogos que niegan la existencia del infierno y llaman herejes a los que creen en esta enseñanza escritural. Pero lo que no han observado es que el estudio de la teología sistemática les hace poner en duda las palabras de Jesús el Cristo. Esto enseñó el maestro:"Así será el fin del mundo; los ángeles saldrán y sacarán a los malos de entre los justos, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes". (Mateo 13:49-50).


¿Por qué no le creen a Jesús el Cristo?

 De la parábola de la red: 47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. (Mateo 13: 47-50)


Esta parábola está relacionada con la venida del reino de los cielos. La parábola está narrada en los versículos 47 y 48, la cual menciona una red (simbólico), menciona mar (simbólico), luego menciona peces (simbólico). En el versículo 48, menciona una cesta (simbólico). Pero el versículo 49 es la explicación de la parábola que menciona ángeles (literal), menciona a los justos (literal), luego menciona el horno de fuego (literal), lloro (literal) y crujir de dientes (literal).

¿Por qué debemos creer en la enseñanza literal del infierno?

A continuación una porción bíblica relacionada con la enseñanza de Jesús el Cristo acerca del infierno. Se trata de la parábola del trigo y la cizaña:

De la parábola del trigo y la cizaña.36 “Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola d
e la cizaña del campo.37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”. (Mateo 13:36-42)

Como pueden notar, Jesús el Cristo explica el significado de la parábola a petición de los apóstoles. Todos los símbolos fueron explicados como se puede leer, sin embargo, en el versículo 40 y el 42, El Señor utiliza la palabra “fuego” tal cual como su significado corriente para quemar (castigar) en el fin del siglo a los hijos del malo. También en el versículo 42 utiliza la expresión horno de fuego (literalmente), lloro (literalmente) y crujir de dientes (literalmente) de los que sirven de tropiezo y de los que hacen iniquidad.

Gracia abundante sobre sus vidas.



Reflexion del hermano Jairo Paredes V

domingo, 21 de abril de 2013

El mito de "sola Scriptura."

Steve Scoggins es un cristiano honesto y bien versado en las Escrituras. Varios años atrás estaba compartiendo con él algunas cosas referente a la patristica, esto es los escritos de los primeros cristianos y la iglesia primitiva. Después de escuchar cortésmente por treinta minutos, ya no pudo mantenerse callado. Moviendo su cabeza en señal de desaprobación, se expresó con franqueza, diciendo: “Lo siento. Todo ello es muy interesante, pero todo lo que necesito es mi Biblia. Yo no aceptaré nada, si no está en la Biblia.”

Notando que su Biblia se hallaba sobre la mesa al lado de él, le respondí: “Steve, busca un momento el primer libro del Nuevo Testamento.” Rápidamente lo hizo. “Dime, ¿quién escribió ese libro?,” le pregunté. “Mateo,” respondió sin dudar. “Ahora, dime porqué crees que Mateo escribió ese libro,” le pregunté. “Bueno, porque así dice en el margen superior de la página,” respondió con una sonrisa. “Steve,” expliqué, “ninguno de los nombres que usamos para los libros de la Biblia aparecen en los manuscritos originales. Por ejemplo, Pablo nunca escribió ‘1 Corintios’ en la parte superior de su carta a los corintios. No, todos los nombres de los libros de la Biblia son nombres que añadieron los hombres como medios para ayudarnos a identificar con facilidad aquellos libros.” Él no me cuestionó en este punto; así que continué: “Ahora, dime, ¿por qué crees que Mateo escribió el primer libro del Nuevo Testamento?” Steve rápidamente comenzó a hojear el evangelio de Mateo, con la seguridad de que encontraría un lugar donde el escritor se habría identificado así mismo. Pero no encontró nada. Finalmente lo detuve: “Puedes buscar minuciosamente a través de todo el libro, pero no encontrarás ningún lugar donde se confirme quién es el escritor. Ahora, permíteme decirte por qué crees tú que fue Mateo quien escribió este libro. Tú lo crees así porque ¡los primeros cristianos dicen que Mateo lo escribió!” Luego fuimos a través del mismo procedimiento con Marcos, Lucas, Juan y Hechos. En cada oportunidad la respuesta era la misma. En ninguno de aquellos libros el escritor se identifica así mismo. En cada caso hemos aceptado sin cuestionar el testimonio histórico de los primeros cristianos. “Por tanto,” le pregunté, “¿aún sostienes que los escritores de los cuatro evangelios fueron Mateo, Marcos, Lucas y Juan?” “¡Claro!,” respondió. “Entonces sí aceptas cosas que no están en la Biblia, después de todo,” dije con una sonrisa. Todos hacen esto. Si realmente vamos a aceptar sólo la Escritura, entonces tenemos que quitar los nombres de los evangelios “Mateo,” “Marcos,” “Lucas” y “Juan” de nuestras biblias. Tendríamos que reemplazarlos con “Primer evangelio,” “Segundo evangelio,” “Tercer evangelio” y “Cuarto evangelio.” Del mismo modo, “1 Juan,” “2 Juan” y “3 Juan” deberían ser listadas en nuestras biblias sencillamente como tres cartas anónimas. Además, si vamos a rechazar el testimonio de los primeros cristianos, tendríamos que cuestionar todo nuestro canon del Nuevo Testamento. Algunos cristianos tienen la idea errada de que al fin de la era apostólica, los apóstoles entregaron a la iglesia una colección completa de escritos llamada el “Nuevo Testamento,” la cual contendría todos los libros que poseemos en nuestro Nuevo Testamento. Pero eso no es lo que sucedió. Al contrario, las primeras congregaciones cristianas reunieron por separado las primeras cartas y relatos escritos por los apóstoles y los discípulos. Los apóstoles nunca dijeron a la iglesia cuáles escritos aceptar y cuáles rechazar. Los primeros cristianos tuvieron que decidir por ellos mismos cuáles eran los escritos originales de los apóstoles y cuáles no, lo cual no fue tarea fácil. Nuestro Nuevo Testamento actual se basa en listas compiladas por los primeros cristianos. Y nosotros confiamos fuertemente en su testimonio. Un mito desde el comienzo “Sola Scriptura” (sólo la Escritura) fue el grito de guerra de la Reforma. No obstante, ese eslogan fue un mito desde el comienzo. Aunque uno de los logros notables de Martín Lutero fue su traducción de la Biblia al alemán, él se aseguró de que sus lectores no tuvieran “sólo la Escritura.” Él no quiso que sus lectores se acercaran a la Escritura con una mente en blanco. Y puesto que Lutero introdujo prólogos a cada libro bíblico de su traducción, aquellos prólogos alejaron la atención de sus lectores de las partes de la Escritura que no encuadraban con la teología de Lutero. Por ejemplo, en el prólogo al Nuevo Testamento, Lutero escribió: Sería justo y propio que este libro apareciera sin ningún prólogo y sin ningún nombre excepto los de sus escritores, y que comunicara sólo su propio nombre y su propio lenguaje. Pero muchas interpretaciones y prólogos fantásticos han llevado el pensamiento de los cristianos al punto donde no saben lo que es el evangelio y lo que es la ley. Ni saben lo que es el Antiguo Testamento, ni el Nuevo. Nos vemos obligados, por tanto, colocar anuncios o prólogos por medio de los cuales el hombre sencillo pueda dirigirse de nuevo en el camino correcto, dejando las ideas antiguas, de modo que no busque leyes y mandamientos donde debería estar buscando el evangelio y las promesas de Dios. . . . Si yo tuviera que vivir sin una de dos cosas- o sin las obras de Cristo o sin sus predicaciones- escogería vivir sin sus obras antes de vivir sin sus predicaciones. Pues sus obras no me ayudan, pero sus palabras me dan vida, como él mismo dice. Ahora Juan escribe muy poco de las obras de Cristo, pero mucho de sus predicaciones. Pero los otros evangelios escriben mucho de sus obras y poco de sus predicaciones. Por eso, el evangelio de Juan es el verdadero evangelio, amado y preferido mucho más que los otros tres, y estimado mucho más que ellos. Así mismo, las epístolas de Pablo y de Pedro superan a aquellos tres evangelios: Mateo, Marcos y Lucas. En resumen, el evangelio de Juan y su primera epístola, como también las epístolas de Pablo—especialmente Romanos, Gálatas y Efesios, con la primera carta de Pedro—son los libros que le enseñan de Cristo y le enseñan todo lo que es necesario y bueno que aprenda, aunque no tuviera los demás libros y no oyera nada de sus enseñanzas. Por tanto, la epístola de Santiago es epístola de paja comparado con aquéllas. Pues no contiene nada de la naturaleza del evangelio.44 Lutero afirmó que la única razón por qué él prefería el evangelio de Juan que los otros tres evangelios era que éste contenía más de la predicación de Jesús. Pero eso no es cierto. El evangelio de Mateo contiene casi el doble de la predicación de Jesús que el evangelio de Juan. Una persona no necesita ser muy lista para darse cuenta del verdadero motivo de Lutero. Los libros de la Biblia denigrados por Lutero fueron precisamente los que no apoyaban su teología. La traducción de Lutero no fue “sola Scriptura,” y algunas de las otras primeras biblias protestantes tampoco lo fueron. William Tyndale produjo la primera traducción protestante de la Escritura en inglés. No obstante, en su traducción se encuentran notas marginales que añaden interpretaciones y comentarios polémicos al texto de la Escritura. Por ejemplo, al lado del texto de 1 Corintios 14:2, lo cual se refiere al hablar en lenguas, Tyndale escribió: “Hablar en lenguas o en el espíritu es para que otros no entiendan, como los sacerdotes en sus ceremonias. Hablar con el entendimiento es hablar para que otros entiendan, como el predicador en los cultos.” Al lado de Apocalipsis 7, Tyndale escribió: “Los profetas, los predicadores y los prelados de la iglesia son llamados ángeles…. Los buenos ángeles aquí en este libro son los verdaderos obispos y predicadores, y los ángeles malvados son los herejes y falsos predicadores.”45 Si Tyndale hubiera creído en “sola Scriptura,” ¿por qué no fue capaz de permitir que la Escritura hablara por sí misma? La Biblia de Ginebra publicada primero en 1560, fue la obra de protestantes ingleses exiliados refugiados en Ginebra, Suiza. Esta Biblia contenía notas marginales que añadieron interpretaciones a la Palabra de Dios. Un ejemplo es la interpretación de 1 Corintios 14:1. Pablo había escrito a los corintios sobre el profetizar diciendo: “Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis.” La Biblia de Ginebra “ilumina” la palabra “profetizar,” comentando lo siguiente: “es decir, exponer la palabra de Dios para la edificación de la iglesia.”46 Al lado de Apocalipsis 9:1 que habla de “una estrella que cayó del cielo a la tierra,” la Biblia de Ginebra, expresa: “Es decir, los obispos y ministros que abandonan la adoración de Dios y caen del cielo y se convierten en ángeles de oscuridad.”47 Lo que quiero mostrar no son los méritos de tales interpretaciones. Al contrario, sólo estoy destacando el hecho de que todas las primeras biblias protestantes más populares añadieron comentarios interpretativos a lo largo del texto de la Escritura. “Sola Scriptura” ha sido un mito desde el comienzo. ¿Sólo una Biblia simple? Es triste decir que los protestantes hoy están lejos de “sola Scriptura” al igual que sus antepasados del siglo XVI. Los protestantes de la actualidad compran biblias de estudio interpretativos por millares. Por el término “biblias interpretativas de estudio,” no me estoy refiriendo a las biblias que simplemente proveen mapas, referencias de pasajes paralelos y concordancias como la Biblia de estudio Nave’s o la Biblia de referencia Thompson. No tengo problemas con biblias como éstas. Pero la mayoría de biblias de estudio van más allá de añadir referencias de pasajes paralelos. Ellas añaden interpretaciones humanas a lo largo de la Escritura. Algunas de estas biblias de estudio con comentarios son las siguientes: Biblia de estudio Ryrie Biblia de referencia Scofield Biblia de referencia Salem Kirban Biblia de estudio NIV Biblia de estudio de palabras claves hebreo-griego Lo censurable de las biblias es que se imprimen interpretaciones humanas y prejuicios sobre las mismas páginas donde aparece la Palabra de Dios. ¡Qué audacia increíble! Esto les da a las palabras de los hombres el mismo valor que a la palabra de Dios. Por ejemplo, en la Biblia de estudio de palabras claves hebreo-griego, debajo de la discusión de Pablo sobre el velo en 1 Corintios 11, el comentarista, escribe: Pablo está escribiendo a los cristianos de Corinto quienes, viviendo en Grecia, por costumbre practicaban las tradiciones griegas: los hombres tenían sus cabezas descubiertas y las mujeres las cubrían; lo cual, sin embargo, era contrario a la tradición judía. Incluso hasta el día de hoy, los varones judíos cubren sus cabezas en la adoración, mas no así las mujeres. La cuestión que enfrentaban los corintios era qué hacer frente a la costumbre existente de su día. El consejo de Pablo es examinar el significado simbólico de la costumbre. Si no era contrario en nada a la Palabra de Dios o a la orden de la creación, acéptenlo. No permitan que surjan discusiones relacionadas a costumbres que simbolizan algo que no es apropiado (v. 13,16).48 ¡Oh, Pablo simplemente está dando “consejos” para costumbres griegas humanas! Pero, ¿dijo Pablo algo en cuanto a las costumbres griegas versus las costumbres judías? No, al contrario, él comenzó su discusión, encomendando a los corintios a “retener las instrucciones (tradiciones) tal como os las entregué” (1 Cor. 11:2 la cursiva mía). Fue Pablo quien entregó la tradición del velo a los cristianos de Corinto, no a los griegos paganos. El comentarista evidentemente está contradiciendo lo que Pablo dijo. Además, no hay nada registrado en los escritos históricos de los primeros cristianos que pudieran confirmar aquellos comentarios. Son especulaciones puramente humanas. No obstante, el comentarista los ubica al lado de la Escritura, donde podrá influenciar al lector del mismo modo que lo hace la Escritura. En realidad, las biblias de estudio a menudo tienen el efecto de dar a las palabras del hombre más valor que a las palabras de Dios. Me he sentado lo suficiente en reuniones de estudios bíblicos para saber que inevitablemente los lectores tomarán las opiniones del comentarista por encima del lenguaje literal de la Escritura. No estoy eligiendo la Biblia de referencia hebreo-griego para criticarla. Ejemplos similares pueden sacarse de todas las biblias interpretativas de estudio ya mencionadas. Si “todo lo que necesitamos es la Biblia,” como públicamente lo proclamamos, ¿por qué utilizamos semejantes biblias interpretativas? Otras adiciones a la Escritura “Pero yo no uso biblias de estudio,” podrías estar diciendo. Es encomiable. Sin embargo, me aventuraría a decir que todavía no estás utilizando sólo la Biblia. Por ejemplo, ¿utilizas los comentarios y diccionarios bíblicos? ¿Lees literatura cristiana? ¿Y qué de escuchar sermones? Si utilizas alguna de estas cosas, entonces no estás usando sólo la Biblia. Si verdaderamente creyéramos que todo lo que necesitamos es sólo la Biblia, entonces no estaríamos usando todas estas ayudas. Una iglesia que no usa nada sino la Biblia, sería una iglesia que simplemente leyera de la Escritura todos los domingos, sin ningún comentario o sermón. No conozco ninguna iglesia así. ¿Tú? Tampoco estoy proclamando que los cultos en nuestras iglesias sean así. El punto es que todos nosotros usamos algo más aparte de la Escritura. El único problema es qué deberíamos usar. ¿Permitiremos que el testimonio histórico de la iglesia primitiva alumbre la Escritura? ¿O confiaremos en el testimonio moderno de nuestros pastores, escritores cristianos y teólogos? Éste es el problema. Lo que añadimos a la Escritura y lo que quitamos Muchas iglesias hoy se jactan de usar “sólo la Biblia.” Ellas afirman que no añaden ni quitan nada de la Escritura. Normalmente, tales iglesias no utilizan los escritos de la iglesia primitiva. Quizá tú pertenezcas a tal iglesia. Y por supuesto, como ya hemos visto, tales iglesias sí utilizan algo más aparte de la Escritura; puesto que leen literatura cristiana y escuchan sermones. Y a lo menos, añaden argumentos de porqué no tenemos que obedecer literalmente la Escritura. Además, usualmente los miembros de aquellas iglesias son incapaces de expresar lo que creen sin usar términos que no se encuentren en la Escritura. Me refiero a término tales como avivamiento, legalismo, trinidad, encarnación, misionero, el llamado al altar y la experiencia del nuevo nacimiento. Incluso el término Biblia no es un término escritural. No estoy diciendo que hay algo malo en dichos términos. Algunos de ellos como trinidad, hemos tomado prestado de la iglesia primitiva. Lo que quiero demostrar es que todos nosotros hemos añadido tantas cosas a la Escritura que la mayoría de nosotros no podríamos ni siquiera hablar de lo que creemos sin usar términos que no se encuentren en la Escritura. Si alguien te preguntara qué enseña tu iglesia, ¿serías capaz de simplemente darle el Nuevo Testamento y decirle que lo lea? Si crees que todo lo que necesitamos es la Escritura, tendrías que ser capaz de hacer eso. Si nuestras iglesias verdaderamente creen sólo en la Escritura y usan la Biblia como su única guía, ¿por qué borran y pasan por alto muchas cosas de la Escritura? “Pero mi iglesia no lo hace,” podrías responder. Bueno, veamos. Hemos estado enfocándonos en la primera carta de Pablo a los corintios. ¿Cree y practica tu iglesia todas las cosas enseñadas en ella? Estoy hablando de cosas como: 1. Que los hombres oren con sus cabezas descubiertas y las mujeres oren con sus cabezas cubiertas (1 Cor. 11:3-16). 2. No juntarse con hermanos que son fornicarios, avaros, idólatras, maldicientes, borrachos o ladrones (1 Cor. 5:11). 3. No llevar a la corte a ningún hermano (1 Cor. 6:1-7). 4. Usar adecuadamente los dones espirituales (1 Cor. 12). 5.Que las mujeres callen en la congregación (1 Cor. 14:34). 6.Saludarse el uno al otro con ósculo santo (1 Cor. 16:20). ¿Cree y practica tu iglesia las instrucciones que Pablo dio en sus otras cartas? Tales como: 1.Elegir obispos y diáconos basados en los requisitos ordenados por Pablo en 1 Timoteo 3. 2.Que las mujeres se vistan “de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos” (1 Tim. 2:9). 3.Que los hombres oren levantando manos santas (1 Tim. 2:8). 4.Que sea puesta en la lista la viuda no menor de sesenta años, que cumpla con los otros requisitos dados en 1 Tim. 5:9-10. ¿Cree y práctica tu iglesia las instrucciones que Jesús dio a sus seguidores? Tales como: 1.“No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra” (Mateo 5:39). 2.“Y al que quiere ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa” (Mateo 5:40). 3.“No os hagáis tesoros en la tierra” (Mateo 6:19). 4.“No juréis en ninguna manera; ni por el cielo… ni por la tierra” (Mateo 5:34,35). 5.“El que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio” (Mateo 5:32). Podría continuar, pero son suficientes para aclarar mi punto. Y mi punto es que, para mi conocimiento, ninguna iglesia hoy enseña y practica todas las cosas que enseñan las Escrituras. Pero, si nuestras iglesias en verdad usaran sólo la Biblia, no quitando ni añadiendo nada, entonces todas las iglesias deberían ser obedientes en todas estas cosas. En contraste, la iglesia del segundo siglo practicaba todas las cosas ya mencionadas, juntamente con las otras enseñanzas del Nuevo Testamento. Sin embargo, supongamos por un momento que nosotros obedecemos todas aquellas cosas. Supongamos que en verdad no añadimos nada a la Escritura. En otras palabras, supón que nuestro cristianismo deriva solamente de las páginas escritas en la Escritura. Incluso si ése fuera el caso, aún necesitaríamos los escritos de los primeros cristianos para ser obedientes a la Escritura. Notas: 44. Martín Lutero, Works of Martin Luther, ed. Henry Eyster Jacobs, vol. 6 (Rapids: Baker Book House, 1982), p. 439-444. 45. William Tyndale, modern spelling by David Daniel, Tyndale’s New Testament (New Haven, Ct: Yale University Press, 1989). 46. Ibid. 47. Geneva Bible: A Facsimile of the 1560 Edition (Madison, WI: University of Wisconsin Press, 1969). T48. Ibid. Tomado del libro LOS PRIMEROS CRISTIANOS Y SUS ESCRITOS de David Bercot